1- Si vale la pena o no, no te lo puede decir nadie. Sos vos mismo quien debe decir a què misión querés apostarle tu vida.
No vale la pena, si solamente pensamos que es por un rato, una vez a la semana. O si es una cuestión ocasional, "mañana haremos otra cosa", "no importa hacerlo bien porque nadie se da cuenta, por ahora zafa".
Si pensás que es ocasional.. puede ser que te enamores y mañana sigas haciendo lo mismo, cada vez con mayor compromiso.
Pero si tu intención es solamente para los demás o para zafar de tu propio llamado interior haciendo algo mediocre.. ya no vale la pena.
2- Por otra parte.... hay cosas por hacer que dependen de uno, cuando algo nos atrae.
Los dos primeros años son para organizarse, ¡solamente para eso! ¡Nada de sueños imposibles! Como si el mundo se puede cambiar en profundidad en uno o dos años.. Esto es irreal.
Los dos primeros años sirven para ir viendo posibilidades reales de realizar la tarea soñada, la gente que asume un compromiso real, los recursos con que puede contarse, los contactos que pueden irse realizando, entre otras actividades .
Los dos primeros años son para organizarse, ¡solamente para eso! ¡Nada de sueños imposibles! Como si el mundo se puede cambiar en profundidad en uno o dos años.. Esto es irreal.
Los dos primeros años sirven para ir viendo posibilidades reales de realizar la tarea soñada, la gente que asume un compromiso real, los recursos con que puede contarse, los contactos que pueden irse realizando, entre otras actividades .
3- Otros dos años aproximadamente para ir regularizando las actividades legales y exenciones impositivas.
4- Y uno o dos años más como para ir ajustando, reemplanzando lo que se hizo mal, corregir el rumbo, cambiar de personas, buscar otros recursos.
5- Con casi cinco o seis años de andar caminando atrás y en medio de un sueño... que parece imposible... Recién aquí puede decirse si vale la pena...
Y eso no lo dice nadie más que vos solo, con vos mismo... en tu interior. Porque puede ser que todo haya fracasado. No quedó parado ni el buen nombre del apostolado ni el tuyo.. todo parece muerto. Y, sin embargo, puede ser que todo ese venirse abajo te haya servido para evaluar que, el ideal vale la pena. Que son solamente los medios los que fracasaron. Y que ¡vale la pena empezar de nuevo!!