EL MOBBING.
 En los años 80, el profesor Heinz Leymann, alemán afincado en Suecia, define el mobbing como 
  "un fenómeno en que una persona o grupo de personas ejerce una  violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente y  durante un tiempo prolongado sobre otra persona en el lugar de trabajo,  con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o  víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y  lograr finalmente que esa persona o personas acaben abandonando el  lugar de trabajo."
La  misma definción de mobbing puede aplicarse a familias, apostolados,  rumores. Donde la intención es que por acciones sicologicas sobre otro,  lograr que se termine yendo de un lugar.
FASES
Incidentes Críticos.
En toda empresa hay conflictos. Se trata de pequeños roces consecuencia  del día a día en el trabajo que, si no se resuelven amistosamente, son  el germen para la fase siguiente.
En esta primera fase el acosador  todavía no ha demostrado sus intenciones. Intenta aproximarse a la  víctima y su entorno, y ocultar su potencial violento. Suele ser muy  breve.
Acoso y Estigmatización.
  Durante esta fase se pueden producir comportamientos que, aisladamente,  no supondrán estar delante de una situación de mobbing. Pero el matiz  está en su prolongación a lo largo del tiempo. Hablamos de pequeñas  humillaciones, difusión de rumores acerca de la persona o condiciones  personales del acosado, fomento de la exclusión entre los compañeros,  prohibición del acceso a determinados lugares de trabajo o herramientas  de producción… que se suceden a lo largo de un periodo prolongado  habitualmente superior a seis meses.
Hostigamiento
 Durante  esta fase se busca minar la moral del acosado. La hostigación a la que  es sometido va a conducirlo casi inexorablemente a una afectación sobre  su rendimiento laboral, que le llevará a cometer fallos continuos,  errores en su desempeño, etc, que van a servir a sus acosadores como  excusas perfectas para continuar en la espiral de violencia psicológica.
Esta situación prolongada acabará con el resultado que el hostigador  desea: mostrar ante los demás a la víctima como merecedora de los  “castigos” que recibe. Además inducirá a ésta a una situación de  confusión y autoinculpación que la dejará indefensa.
Intervención de la Dirección.
En este momento la situación ha trascendido a la Dirección de la  empresa, generalmente porque el hostigador exige una resolución dura del  conflicto generado que tenga consecuencias negativas sobre la víctima, y  en este momento la empresa tiene que tomar cartas en el asunto.
Desde Dirección o desde Recursos Humanos se pueden tomar dos direcciones contrapuestas.
1.- Solución  positiva: La empresa investiga el asunto, aparta al acosador o a su  víctima de su puesto de trabajo y articula los mecanismos necesarios  para evitar que se vuelva a repetir.
2.-Solución negativa: La  empresa ve al trabajador acosado como un problema, y no como una  víctima, y se integra en el entorno del agresor, convirtiéndose en  cómplice.
Consulta tardía
Cuando lo hace, el daño ya está causado, y suele recibir diagnósticos  erróneos, o parcialmente incorrectos, que incrementen su estado de  confusión y su sentimiento de autoinculpación.
 Los diagnósticos erróneos más frecuentes son el estrés laboral, la depresión y el burnout (estar quemado).
Salida o exclusión de la Organización
Al llegar a esta última fase, se ha abonado el campo para la exclusión  de la víctima o su expulsión de la Empresa. Si la víctima decide  permanecer en su lugar de trabajo y resistir sin hacer frente al acoso,  entrará en una situación de indefensión que le conducirá una espiral de  bajas laborales crecientes o reducirá su productividad, propiciando un  despido por baja productividad o por ausencias reiteradas.
 La imagen de la víctima, su reputación y carrera profesional, quedarán destruidas irremediablemente.
 
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